Todos los países de la UE tendrán la obligación de facturar electrónicamente a las Administraciones Públicas

El 18 de abril finaliza el plazo que la Unión Europea ha dado a los Estados miembros para tener la capacidad de emitir, recibir y procesar facturas electrónicas en relaciones comerciales B2G.

La facturación electrónica sigue asentándose a pasos agigantados en España, Europa y a nivel global.

Fomentando el empleo de este tipo de documentos, en la orden 2014/55/UE  la Unión Europea exigió a todos los países miembros la implantación de la factura electrónica, y el plazo para hacerlo finaliza el 18 de abril. Este será el día en el que todos los países de la UE deberán tener la posibilidad de emitir este tipo de documentos.

Además, el gran reto después de su implantación es claro: la unificación. El objetivo es conseguir crear un formato unificado en toda la Unión Europea, de forma que  se solucione el hecho de que cada país cuente con una plataforma específica, con formatos concretos, a la que emitir facturas a las Administraciones Públicas.

Esta medida ya fue adoptada de forma individual por Dinamarca en 2005, primer país que obligó a emplear la factura electrónica en las relaciones B2G, seguida por Suecia en 2008 y Noruega en 2011. En el otro extremo está Portugal. Hace unas semanas os adelantábamos que el Gobierno luso retrasará la facturación electrónica al 2020 debido al alto grado de transformación en el sistema actual que ello supone, por lo que realizará un proceso de implementación gradual que comienza ahora.

Debido al éxito de esta medida, existen países, como Italia y España, que empiezan a valorar el hacer obligatoria la facturación electrónica en las relaciones B2B.

El caso de España

En nuestro país, la obligatoriedad de facturar a través de FACe a organismos públicos ha hecho que numerosas empresas descubran y conozcan las ventajas que ofrece la factura electrónica, por lo que muchas de ellas la han implementado en sus sistemas de gestión.

España lleva ya muchos años involucrándose en la introducción y generalización de la factura electrónica. En 2015, el Estado determinó que todas las facturas enviadas a la Administración habrían de ser en formato electrónico, y hace unos meses nosotros te explicábamos como realizar este proceso.

Con la llegada de FACe, se estableció que todos los contratistas y proveedores del Estado con importes superiores a 5.000 euros tendrían que emitir sus facturas a través de este portal, y en 2018, esta normativa incluyó también a los subcontrastistas con las mismas características. El gran reto al que se enfrenta esta plataforma es la gran cantidad de puntos de facturación electrónica que existen en el país, que ascienden a más de 300. Este es uno de los puntos en los que Docuten puede ser un gran aliado, pues permite emitir desde una única plataforma a todos los puntos de recepción de factura electrónica.

España es ya veterana en el empleo de facturas electrónicas tanto en el ámbito B2B como B2G. Como ya os hemos contado, las PYMES de nuestro país apuestan cada vez más por transformar el proceso analógico, y la Administración está plenamente involucrada en la digitalización del mismo. Son hechos como este los que convierten a la Administración española en una de las 8 más eficientes del mundo.

Ahora es el momento de seguir avanzando, y todo apunta a que las empresas incluirán de forma voluntaria la facturación electrónica, como ya están haciendo muchas de ellas, requiriéndoselas a proveedores e implementándola en sus transacciones ordinarias.

Todo ello provoca que las previsiones de crecimiento de este tipo de documentos en España sean de un 36’7% entre 2018 y 2023, como os adelantábamos en uno de nuestros anteriores post.

Por lo tanto, todo ello ha derivado en que la facturación electrónica, hace cinco años inexistente, se haya abierto camino en el día a día de particulares y empresas, y todo apunta a que su crecimiento constante continuará durante los próximos años.

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